6 ideas para juegos teatrales
Los juegos inspirados en la actuación y el escenario son para los niños de dos años, los cuales están aprendiendo las diferencias entre lo real y lo imaginario, como jugar simbólicamente y la alegría de hacer otros reír. Ofrecerles la oportunidad de «actuar», con reglas claras y sencillas, les permite actuar para los demás y les proporciona una forma divertida y poco arriesgada de montar un espectáculo.
A medida que los niños se acercan a los tres años, son cada vez más capaces de participar en lo que se denomina juego simbólico: utilizar objetos para sustituir a otros (un plátano para un teléfono o una taza de té de juguete para una de verdad). Todavía no son capaces de entrar en un juego verdaderamente imaginativo porque no pueden concebir experiencias que no han vivido o visto, pero hay todo un mundo de juegos simbólicos a su disposición.
A continuación, se describen 6 ideas para juegos dramáticos que puedes jugar con tu hija o hijo de dos años:
La fiesta de té
La fiesta del té es un clásico por alguna razón: se puede realizar en cualquier lugar y en cualquier momento y permite usar todo tipo juegos simbólicos. Sirve un simbólico y humeante té caliente, levanta los meñiques y disfruta de la merienda inglesa con tu hijo y cualquier peluche que quiera invitar.
La caja misteriosa
Encuentra una caja, cesto u otro tipo de recipiente con tapa y pon un objeto dentro sin que tu hijo vea lo que es.
- Una taza para beber
- Una cuchara o tenedor
- Un biberón
- Comida simbólica
- Un teléfono de juguete para llamar
- Utensilios de cocina, una cuchara pequeña o una taza de medir
- Un pincel de maquillaje o cepillo de dientes
- Un paquete de pañuelos
Hazle una demostración a tu hijo sacando el objeto y jugando simbólicamente con este: «beber» del biberón, «comer» la comida imaginaria, «hablar» por el teléfono de juguete. Después pon otro objeto dentro sin dejar que vea lo que es y déjale que lo saqué y que juegue a fingir con él.
La pelota del sonido
Siéntate delante de tu hijo con las piernas en forma de V y encuentra una pelota blanda. Haz rodar la pelota suavemente hacia tu hijo y haz un sonido tonto («¡upa!» o «¡pop!» o cualquier cosa que se él pueda copiar fácilmente). Haz el sonido mientras haces rodar la pelota y anima a tu hijo para que haga el mismo sonido cuando tenga la pelota en sus manos. Después es su turno. Si le cuesta encontrar su propio sonido le puedes proponer uno, puede que ya le parezca bien repetir el sonido que tú has hecho.
El buzón
La entrega de correo suele ser muy emocionante para los más pequeños. Puede que tu hijo ya insista en traer el correo del buzón o quiera estar a cargo de las cartas que se caen por la ranura de la puerta.
Crea algunos «buzones de correo» en tu casa para personas específicas, mascotas y animales de peluche; pueden ser simples cajas o recipientes. Puedes poner un buzón junto a la cama del perro, sobre el escritorio de mamá y al lado de la casa de muñecas donde está su muñeca favorita. Entrega a tu hijo algunas “cartas” (correo no deseado, revistas, un papel borrador) y pídele que entregue el correo. A los niños de esta edad les suelen gustar escribir sus propias cartas, a pesar de que su caligrafía no se entienda muy bien. Animarlos a “escribir” los empodera a pensar en sí mismos como escritores.
El medidor del sonido
Los niños de dos años están aprendiendo a controlar el volumen de su propia voz, lo cual es una habilidad complicada. Una buena manera de practicarlo es con el juego que se llama “El medidor del sonido”.
- Pon tu mano abierta frente a ti y di «aaaaah» a un volumen de habla normal.
- Explícale que tu mano mostrará cómo de alto y bajo deben ser los “aaaaah”. Cuando la mano alcance el piso, el sonido se apaga y cuando sube hacia arriba el volumen del “aaaaah” aumenta (sin llegar a chillar😉).
- Practica el volumen más alto que quieras alcanzar para que tu hijo tenga una idea de lo fuerte que puede llegar a ser.
- Sube y baja tu mano y guíala con el sonido de tu voz.
- Anima a tu hijo a que te siga: “intenta igualar mi mano y mi voz”.
Juego de la naturaleza
Cuando estés con tu hijo al aire libre, o incluso dentro de casa observando una tormenta cómodamente desde una habitación donde se esté calentito, observa las ramas que se agitan, el susurro de las hojas y las gotas del agua de la lluvia que se forman en la ventana y se deslizan hacia abajo. Ayuda a tu hijo a imitar a la naturaleza que le rodea de manera rítmica y, si puedes, trata de hacer que su propio cuerpo se mueva también:
- Balancearse como un árbol
- Gotear como el agua en un vidrio (puedes actuar como la ventana y tu hijo puede ser las gotas, ¡luego cambiad!)
- Piar los sonidos de un pájaro
- Tamborilear (en cualquier superficie disponible) al ritmo de la lluvia
- Engullir nueces como una ardilla
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