25 - 27 meses

Cómo preparar el cerebro de tu hijo para la lectura

¿Alguna vez tu hijo ha dado la vuelta a un libro que estaba al revés, ha recordado una frase favorita o te ha llamado la atención cuando te has saltado una página? Esto se debe a que a los dos años ya empiezan a entender cómo funcionan los libros. A los 28 meses, por ejemplo, es posible que tu hijo haya empezado a entender que estás leyendo realmente las palabras -y no los dibujos- de cada página. Es probable que el niño muestre una amplia gama de comportamientos previos a la lectura que tú puedes ayudar a desarrollar.

Aquí te mostramos algunas estrategias para motivar al emergente lector motivándole con estímulos imprimibles.

En términos sencillos, la motivación por estímulos imprimibles es el interés y el disfrute de un niño por los libros y la lectura; aunque en realidad se reduce a los inicios de la curiosidad intelectual. Muchos niños llegan a la escuela y se resisten a leer. Se necesita mucha persistencia para aprender a leer, y cultivar la motivación por los estímulos imprimibles les ayuda a perseverar.

Aquí te mostramos cómo hacerlo:

  • Deja que elijan sus propios libros en la biblioteca, aunque sean los que tú odias leer, el nivel te parezca incorrecto o creas que nunca llegarán a terminarlos todos. Mientras sea un libro, ya cuenta.
  • Lee el mismo libro una y otra vez. Si puedes soportar leerle su libro favorito doscientas veces, las investigaciones demuestran que la lectura repetitiva aumenta el disfrute, el reconocimiento de patrones y la confianza.
  • Asegúrate de que siempre haya libros atractivos guardados a poca altura del piso, para que tu hija o hijo pueda alcanzarlos.
  • La lectura no es solamente para antes de ir a la cama. Tener libros en casa, en el coche y en la bolsa de los pañales ayuda a mostrar a los niños pequeños que la lectura es una actividad que puede realizarse en cualquier momento. Se pueden leer libros a la hora del baño, en las salas de espera y mientras viajas. Justo después de la siesta o por la mañana, cuando tu hijo se despierta, puede ser un buen momento para leer porque puede estar más tranquilo y receptivo.
En foto: Caja con martillo Busca y golpea fuerte del Kit de Juego El Investigador
  • Si tu niño se mueve en tu regazo y no parece tener la capacidad de atención necesaria para leer, prueba a mezclar las cosas: dale un juguete para que lo toquetee o léele mientras juega en el piso. Las investigaciones demuestran que sigue siendo beneficioso que le leas, aunque parezca que no tienes toda su atención.
  • Ayuda a tu hijo a fijarse en los estímulos imprimibles de las señales de tráfico, los envases de los alimentos, las vallas publicitarias, la ropa y las direcciones de las casas. Señala estos elementos y léelos cuando puedas.

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Posted in: 25 - 27 meses, Alfabetización, Lenguaje, Libros, Desarrollo del bebé

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