Está bien llorar – hacer saber a nuestras hijas e hijos que pueden sentirse tristes

Todos hemos estado ahí: el sollozo de tu niño pequeño porque le sirven las fresas en un bol en vez de en un plato, o tu estáis jugando en el parque y empieza a llorar por un rasguño microscópico. Es natural responder diciendo “no llores, estás bien”.
Es una realidad: los bebés y niños pequeños lloran. Las razones por las cuales llora pueden cambiar conforme se hace mayor, así como lo hacen sus reacciones. Solemos a ser más indulgentes con los bebés (aunque un bebé con cólicos puede poner a prueba la paciencia de cualquiera), ya que sabemos que el llanto es una de sus únicas formas de comunicarse.
Una vez el pequeño empieza a caminar, hablar, escuchar y a seguir unas instrucciones simples, los adultos pueden empezar a aceptar menos el llanto. Naturalmente, los padres quieren preparar a sus niños para el mundo más allá de su casa y a veces reaccionamos como si expresar emociones negativas fuera un signo de debilidad.
Llorar puede ser una forma de procesar cualquier emoción fuerte. Los niños pequeños, por supuesto, lloran cuando están tristes, pero también pueden llorar cuando se encuentran con algo nuevo, confuso, inesperado o difícil.
Aquí tienes algunas formas de ayudar a tu niño pequeño a superar grandes sentimientos sin decirle que deje de llorar:
Validar y empatizar:
Un paso sencillo es decir simplemente “Veo que estás molesto” o “eso parece que te frustra mucho y puedo ver por qué” Puede ayudar y demuestra que le das importancia. A esta edad, tu niño pequeño llora por una razón, aunque no tenga mucho sentido para ti.
Date cuenta
Date cuenta de cómo te sientes cuando tu niño pequeño empieza a llorar. Es posible que le digas a tu niño pequeño que pare porque estás frustrado o se te ha acabado el tiempo y la paciencia. Ver tu reacción puede ser una forma instructiva para aprovechar tu propia empatía.
Escucha

Encontrar la paciencia para escuchar a tu pequeño esforzarse por comunicarse contigo en un momento difícil puede ser duro, pero incluso con un vocabulario limitado, quiere contarte sus sentimientos. Una parte puede venir en forma de palabras, otra por el lenguaje corporal y otras señales.
Círculo de regreso.
Tu niña o niño pequeño empieza a recordar más y más. Un día después de un duro episodio, vuelve a hablar de ello cuando tu niño esté calmado: “¿recuerdas cuando estabas tan triste ayer?”
Posted in: 16 - 18 meses, Comunicación, Social emocional, Desarrollo del bebé
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