Juegos simples que sacan a relucir habilidades sorprendentes

Juegos de movimiento como » El juego del semáforo» y el «Anda como una tortuga» son una gran opción para practicar la motricidad gruesa de tu hijo de 2 años. A esta edad, es probable que tu hijo sea capaz de detenerse con mayor facilidad, girar en las esquinas y cambiar de dirección mientras corre o camina.

“El juego del semáforo», con sus paradas y arranques bruscos, es ideal para practicar la motricidad gruesa. También es una forma estupenda de practicar la seguridad peatonal y puede ampliarse de muchas formas divertidas.

Aquí te explicamos cómo hacer que “El juego del semáforo” sea divertido y entretenido:

• Empieza en tu casa, en un pasillo largo o, incluso, en un espacio abierto con pocos metros, estos espacios son perfectos para que los niños pequeños aprendan las reglas. Sujetando objetos que coinciden con los colores que estás llamando añade una ayuda visual; unas bolsas de judías rojas y verdes, pelotas o pedazos de papel, todos funcionan muy bien.
• Dile que se trata de un desafío auditivo: cuando escuche «¡luz verde!» debe correr y cuando escuche «luz roja» debe intentar detenerse lo más rápido posible. Haz una demostración de cómo parar y arrancar para que vea cómo es.
• Si tu hijo tiene problemas para detenerse (lo que es algo habitual), considera la posibilidad de enseñarle a saltar hasta un punto fijo, lo que puede facilitarle el juego.
• Si te aventuras al aire libre, prueba primero el juego en un lugar seguro, como un patio, un campo abierto, un parque o una zona de juegos.
• Cuando entiende el juego, puedes ser más creativo con nuevos elementos:
  • “luz amarilla!” puede significar ANDAR DESPACIO
  • “luz azul” para SALTAR
  • “luz morada” para ANDAR DE ESPALDA
  • «luz rosa” para ANDAR DE LADO

Esta es una gran oportunidad para practicar algunas de las habilidades motoras gruesas más recientes, como caminar de puntillas (incluso empezar a correr), saltar hacia delante, hacia atrás y hacia los lados y brincar tan lejos como pueda.

• Pídele a tu hijo que sea el líder, mientras tú pasas a ser el jugador.
• Cuando estéis paseando, puedes señalar los semáforos reales y relacionarlos con el juego: «¿Qué hacemos cuando el semáforo está en rojo? Nos detenemos en el bordillo. Ahora está en verde, así que miramos a ambos lados para asegurarnos de que no vienen coches y después podremos cruzar la calle».

Aquí tienes otros juegos de movimiento divertidos para practicar la motricidad gruesa:

Arrastrarse como una tortuga

Se trata de un juego de imitación de animales que hace que tu hijo mueva su cuerpo de diversas maneras. Demuestra a tu hijo cada movimiento y luego invítalo a intentarlo.

• “Salta como una rana” 🐸. Puedes designar «nenúfares» (como escalones, bloques o círculos de tiza) para que salte de uno a otro. Esto hace que se deba poner de cuclillas y saltar con ambos pies.
• “Camina como un cangrejo” 🦀. Enséñale a ponerse a cuatro patas y a gatear lateralmente; que sepas que coordinar las piernas, los pies, los brazos y las manos para desplazarse lateralmente por el piso (o en cualquier dirección) es todo un reto para tu hijo.
• “Galopa como un caballo” 🐎. Este tipo de coordinación bilateral, en la que una pierna camina y la otra corre le costará un tiempo en dominarla. Puedes hacer que ralentice el ritmo enseñándole cómo dar primero un paso con la pierna delantera y luego intentar un salto con la trasera.
• “Párate como un flamenco” 🦩. Mantenerse en equilibrio sobre un pie es una habilidad nueva para las niñas y los niños de dos años, la mayoría no será capaz de hacerlo durante más de uno o dos segundos seguidos sin estar cogido de la mano de alguien. Enséñale a tu hijo como quedarse quieto y luego levantar un pie del piso, como un flamenco.
• “Arrástrate como una tortuga” 🐢. Las tortugas son famosas por su andar tan lento, así pues, puedes decirle a tu hijo que encoja su cuerpo y que se arrastre tan lento como pueda. Puedes hacer lo mismo y hacer una carrera de tortugas con tu hijo. El más lento gana 🙃.

Caminar entre almohadas

Esta es una gran actividad para hacer dentro de casa, que no requiere más que unas cuantas almohadas. Haz una fila de almohadas, con un pequeño espacio entre cada una e invita a tu hijo a caminar sobre las almohadas, de un extremo a otro. El acolchado de las almohadas supone un reto de equilibrio.

Tiburón en el agua

Reúne una colección de peluches y figuras de animales (incluye cualquier juguete de tiburón que tengas como otros más, aunque todos pueden ser «tiburones») y espárcelos por un espacio abierto. Haz que tu hijo corra por el espacio, tratando de evitar los animales. Puede correr alrededor de los animales, saltar sobre ellos o esquivarlos. También, puedes darle el turno para colocar los «tiburones» y ahora te toca a ti «nadar» 🦈.

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