Por qué menos opciones ayudan a tu hijo a establecer su independencia

Aunque pueda parecer contradictorio, reduciendo las opciones de tu hija o hijo, en realidad, le ayudas a aumentar su independencia. Para ellos, el mundo es muy grande y cuando no saben qué elegir, pueden sentirse fácilmente abrumados.

Los psicólogos recomiendan que cuando tu hija o hijo quiera tomar decisiones, le des solo dos opciones a la vez (tres como máximo)*: «Los niños quieren y esperan que sus madres y padres les proporcionen una estructura y tomen decisiones familiares importantes; les ayuda a sentirse seguros». Aunque es estupendo dar a los niños la posibilidad de opinar, demasiadas opciones (o demasiado amplias) pueden abrumarlos o presionarlos demasiado.

Aquí os proponemos algunas oportunidades cotidianas para dar a tu hija o hijo de dos años opciones limitadas, junto con sugerencias sobre el lenguaje que puedes utilizar:

Vestirse

«¿Quieres tu camisa de rayas o tu camisa naranja?» Si elige una tercera opción (como su vestido de lunares), continúa participando en el objetivo general, que es vestirse. Si elige algo que no funciona por la razón que sea (como un traje de baño en enero), intenta respetar su elección y encontrar una contrapartida. Por ejemplo, tal vez pueda llevar el bañador debajo de la camisa y los pantalones; o buscar un lugar especial donde dejarlo para que pueda ponérselo una vez que lleguéis a casa.

El parque y otros lugares divertidos

Abandonar un entorno divertido (un parque, una fiesta o cualquier otra cosa en la que estén profundamente absortos) puede ser realmente difícil para los niños pequeños. Su comprensión del tiempo es difusa, pero ofrecerle a tu hijo un aviso de dos minutos (o cinco, o cualquier número consistente por debajo de diez) le ayuda a entender que se irá pronto.

• «Nos vamos en dos minutos. ¿Quieres bajar otra vez por el tobogán o columpiarte un poco más?»
• «Es hora de ponerse los zapatos. ¿Te los pongo yo o quieres probar tú primero?»

Limpieza

Entre los 24 y los 30 meses, muchos niños pequeños empiezan a guardar las cosas por sí solos y también pueden querer ayudar en otros aspectos de la limpieza. Esta «limpieza» puede parecer desorganizada y desordenada, pero el objetivo es la rutina, no la limpieza perfecta. Si se resisten a limpiar, darles a elegir entre dos pequeñas tareas puede, de hecho, aumentar las posibilidades de que ayuden 🙂 .

• «¿Quieres guardar los bloques o guardar los libros?»
• «¿Quieres barrer con la escoba o rociar y limpiar los cristales?

Rutina para ir a la cama

Incluso un ritual bien establecido para irse a la cama puede incluir algunas opciones para tu hija o hijo, siempre que no sean excesivas y que las opciones no se desvíen demasiado del objetivo de irse (tranquilamente) a la cama. Las Tarjetas de rutina presentan fotos claras y precisas de elementos comunes de las rutinas en el hogar. Puedes pegarlas en la pared (o simplemente sostenerlas) y utilizarlas para señalarlas cuando le ofrezcas opciones a tu hijo.

• «¿Quieres empezar a lavarte los dientes o terminar?»
• «Esta noche vamos a leer un libro. Aquí hay dos que puedes elegir: ¿Cuál quieres?» Si insiste en los dos, intenta ser coherente. Si siempre cedes y lees los dos, es posible que tu hijo pronto espere dos libros cada noche; ansía la consistencia y suele sentirse desconcertado cuando las cosas cambian.
• Ofrecerle opciones puede ser una gran estrategia cuando tu pequeño retrasa partes de su rutina. Si está jugando cuando llega la hora de meterse en la cuna o en la cama, puedes decirle «¿quieres ir a la cama o quieres que te lleve?».

Merienda

A muchos niños de esta edad les encanta participar en la preparación de la comida. Esto puede suponer un reto cuando tienes prisa, pero existen formas sencillas de darles algunas opciones.

• «¿Quieres pelar este plátano o partirlo en trozos?» En la cocina, existen veces que tu hija o hijo puede elegir ambas opciones, y eso también está bien.
• «¿Quieres rodajas de manzana o gajos de naranja para la merienda?»
• ¿Quieres comer tu merienda en la barra o en la mesa?»

*Del Dr. Erin Leyba LCSW, Doctor en Filosofía en Psychology Today

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