16 - 18 meses

Replanteando lo que son las metas: cuándo tomárselo con calma y cuándo acudir al médico

Artículo de la invitada Rachel Coley, terapeuta ocupacional pediátrica y creadora de CanDo Kiddo.

Ya conoces la sensación.

Ese nudo en el estómago cuando otra madre o padre te suelta que su pequeño de 5 meses ya se sienta solo, mientras tú pillas al vuelo al tuyo de 7 meses bamboleando para evitar que se dé de bruces.

La garganta que se te seca cuando ves el vídeo del niño pequeño de tu mejor amiga o amigo dando sus primeros pasos mientras que el tuyo, con la misma edad, justo empieza a gatear.

No podemos evitar comparar los logros de nuestras hijas e hijos, pero ¿sirve para algo? ¿Deberíamos preocuparnos si nuestros hijos no llegan dónde deberían según dictan los libros? Sin lugar a dudas, la pregunta que más recibo de madres y padres es “Mi hija/hijo todavía no hace ____ , ¿debería preocuparme?”. Lo que también escucho mucho son madres y padres de gemelos que lo pasan mal cuando comparan los distintos ritmos de desarrollo entre sus dos pequeños.

Aquí te dejamos algunas cosas a tener en cuenta si te enfrentas a preocupaciones sobre las metas que tu hijo debe alcanzar o sufres los efectos de las comparaciones infantiles.

¿Veo progreso en mi hija o hijo?

Para medir el progreso de sus hijas e hijos, la mayoría de madres y padres primerizos solo cuentan con los referentes por antonomasia de la motricidad gruesa: rodar, sentarse, gatear y caminar. Como profesional del desarrollo infantil, he visto de primera mano lo útil que es compartir con madres y padres algunos de los peldaños de desarrollo más sutiles que conducen a esos momentos extraordinarios.

Poder identificar estos pequeños avances te va a dar la seguridad de que tu pequeño está realmente progresando, aunque sea a su ritmo. Y sabrás en qué fijarte a continuación. Cuando aconsejo a una familia que pidan una evaluación del desarrollo de su hija o hijo, generalmente se debe a que los pilares no están consolidados y a que el progreso hacia las metas fundamentales es mínimo.

¿Con quién comparo a mi hijo?

Resulta casi imposible evitar la inercia de comparar cuando conoces a otros niños pequeños y alguien pregunta lo típico de “¿Qué tiempo tiene?”. Mi consejo como experta: es muchísimo más valioso comparar a tu niño pequeño de este mes con tu niño pequeño del mes pasado (y de los meses anteriores) que compararlo con el niño de otra persona. Dicho de otro modo, más vale que midas el progreso de tu hija o hijo respecto a su propio desarrollo, que al de otro niño.

Es muy fácil caer en la trampa de pensar que los grandes logros son un examen final, un aprobado/suspenso, pero no son nada de eso: son la programación del curso entero. Las Guías de Juego de Lovevery te ayudan a recapacitar sobre cómo concibes una lista de metas. Lo más importante es prestar atención al punto en el que se encuentra ahora tu hijo, y comprender qué tipo de actividades y experiencias diarias le convienen más a su crecimiento y desarrollo. Tener una ligera idea del rango de edades durante las cuales varias habilidades emergen (de manera más o menos perceptible) puede ayudarte, y por eso Lovevery también te los incluye.

¿Cuándo debería preocuparme?

¿Esto significa que yo crea que las madres y los padres no deberían preocuparse JAMÁS por los logros no alcanzados? Para nada, pero la gran mayoría de consultas que recibo son de familias que se agobian por una habilidad en concreto que no avanza como ellos quisieran – aun cuando está dentro de los parámetros “típicos” del desarrollo.

Toca hacer una consulta y presionar para una evaluación de un especialista o apoyo adicional cuando hay:

Regresión

Cualquier indicativo de pérdida de habilidades debería ser atendida. Con esto no me refiero a que tu bebé dio un aplauso un día y no le veas hacerlo en unos días, o que se dio la vuelta un par de veces y luego paró de hacerlo. A lo que me refiero es a un niño que se tenía de pie y ahora ya no puede; o que balbuceaba o hablaba y hacía contacto visual y ahora ya no; o un niño que parece que pierde fuerza y coordinación en varias áreas del desarrollo.

No progresa

Es habitual que mientras tu niño pequeño avanza mucho en determinadas áreas del desarrollo, otras se queden como rezagadas, ya que el desarrollo típico irrumpe de repente. No obstante, si realmente sientes que tu hija o hijo se ha estancado en alguna área de desarrollo y no da muestras de progreso durante 6 u 8 semanas, yo pediría apoyo y una evaluación adicional.

Retraso en múltiples áreas del desarrollo

Un niño que da signos de retraso en múltiples áreas del desarrollo simultáneamente debería ser evaluado por su pediatra, pues es quién puede derivarte al especialista si hace falta.

Cualquier retraso significativo

Hay parámetros típicos para las habilidades del desarrollo. Un enfoque más de “espera y vemos” o de “démosle más tiempo y práctica” puede resultar óptimo para estos niños cuyas habilidades parecen manifestarse más lentamente de lo que cabría esperar. Con todo, hay un punto en el que definitivamente los expertos considerarían que hay un retraso significativo en el desarrollo. Si te preocupa, consulta con tu pediatra para ver si hace falta intervenir.

Habla con un profesional

Es importante hablar con el/la pediatra de tu hija o hijo sobre cualquier inquietud acerca de su desarrollo. El desarrollo infantil no se da de acuerdo a una tabla pequeña cuadriculada con los meses exactos para cada meta.

Por norma general, hay un rango típico bastante más amplio del que las madres y los padres se puedan imaginar. El médico de tu hija o hijo debería poder evaluar si hay algo de lo que preocuparse, derivaros si fuera necesario, y en la mayoría de los casos, asegurarte que tu niño pequeño va por buen camino.

Preocuparse es normal. En algún momento, todos hemos sospechado que había un problema cuando no lo había, o nos hemos equivocado en cuándo preguntar o sobre qué. No hay por qué sentir vergüenza al pedir la opinión de otro o ayuda externa.

Si algo te preocupa, toma las riendas, habla con la/el pediatra, y busca la ayuda que necesitas para llegar al fondo de estas inquietudes. Pide una segunda opinión y haz más preguntas. Si la respuesta que te dan no te satisface, insiste hasta que estés conforme.

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Posted in: 16 - 18 meses, Desarrollo del habla, Desarrollo visual, Metas, Desarrollo del bebé

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