Tu hijo está en la cima del mundo cuando te hace reír

La gente dice que las dos mejores curas para cualquier cosa son una buena sonrisa y dormir largo y tendido. Puede que dormir largo y tendido sea un lujo que no puedas permitirte en este momento, pero una buena carcajada sí que la podemos hacer. 😉

La doctora Mary Gavin de KidsHealth afirma: “Los niños con un sentido del humor bien desarrollado son más felices y optimistas, tienen una mayor autoestima y pueden manejar mejor las diferencias – tanto las suyas como las de los demás “.

Alrededor de los 12 – 18 meses, tu hijo puede mostrar que tiene sentido del humor. Aprende lo que es típico en su entorno y empieza a darse cuenta cuando ocurre algo inesperado. Siempre que no le dé miedo, puede empezar a ver lo inesperado como una tontería y se ría de ello.

El sentido del humor emergente de un niño pequeño es una señal de su desarrollo cognitivo, social y emocional. El humor requiere de ambos lados del cerebro: el izquierdo para pensar en una broma y el derecho para apreciarla y reírse.

Aquí tienes algunas ideas para alimentar el sentido del humor de tu hijo:

Hazte el tonto

Las sonrisas, las expresiones faciales exageradas, los ruidos graciosos y jugar a esconderse son excelentes formas de introducir el humor en tu hijo. También puedes hacer el tonto poniéndole un sombrero en el pie o los pantalones en el brazo mientras se viste. Juega a un juego en el que pongáis la cara más tonta o pon algo de música y haz una fiesta para bailar haciendo tonterías

Repite los sucesos divertidos con tu hijo y ríete con él

Una broma nunca parece que pase de moda a esta edad. A tu hijo no sólo le gusta la repetición, sino que quiere que rías con él una y otra vez.

Ríete cuando él lo haga

Reconocer y reaccionar a las cosas que encuentra graciosas fomenta el sentido de la conexión contigo, así como su sentido del humor. Ríete con él ante un ruido fuerte o por una fresa que haya caído en el piso.

Diviértete con los sonidos

Haz sonidos tontos y ruidos divertidos con tu boca mientras juegas. Puedes decir “guau” o “zzzzz” cuando tu hijo empuje la pelota por la pista. Puede que te imite y luego tú le imites y así sucesivamente… aguanta toda esta repetición e intenta pasártelo bien. ¡Tu hija o hijo es un público fácil!

Cada vez que estés dispuesto a hacer el tonto y a reír juntamente con tu hijo, estarás creando importantes conexiones en su cerebro. Si la comedia no te sale naturalmente, simplemente se juguetón y ríete. Los neurocientíficos creen que escuchar la risa de otra persona activa las neuronas espejo en una región del cerebro que hace que los oyentes sientan que se están riendo ellos mismos. La risa es realmente contagiosa. 😂