Actividades matemáticas para niños de dos años en la vida cotidiana
A los 24 meses, las niñas y niños pueden empezar a entender el significado y el concepto de «uno» y «dos», lo que se conoce como «correspondencia uno a uno», aunque puedan «contar» más que eso. El acto de contar a esta edad suele ser de memoria, es decir, memorizan (la mayoría 🤓) el orden de los números sin entender su significado. La correspondencia uno a uno significa que los niños pequeños relacionan la palabra «uno» con la cantidad:
Estas son las etapas del aprendizaje de las matemáticas en torno a los dos años:
- Las niñas y niños pequeños memorizan los números en orden y pueden (más o menos) recitarlos de memoria. Su forma de contar es similar a la de cantar las letras del alfabeto: No entienden que el número que nombran se relaciona con una cantidad, del mismo modo que aún no entienden que la letra que nombran se relaciona con un sonido.
- A los 36 meses, muchos niños pueden comprender el verdadero significado de los números hasta el 5. Esto significa que tienen una correspondencia uno a uno hasta el 5 (quizás incluso más): Pueden señalar 5 objetos, uno a la vez, mientras cuentan. No te preocupes si tu hijo aún no puede hacerlo; esto es muy complejo y el desarrollo de estas habilidades puede variar de un niño a otro.
Ten en cuenta que recitar (contar sin una comprensión más profunda de los números) sigue siendo una habilidad fundamental extremadamente importante para practicar y celebrar.
Estas son algunas ideas que te ayudarán a reforzar las habilidades matemáticas de tu hijo de dos años:
Estas son algunas ideas que te ayudarán a reforzar las habilidades matemáticas de tu hijo de dos años:
Levanta un dedo y pregunta «¿cuántos dedos estoy levantando?» y a ver qué dice. Si lo identifica como «uno», pasa a dos. Sigue contando los dedos de forma lenta y clara hasta que tu hijo no sea capaz de seguir. Algunos niños acabarán diciendo «¡mucho!» o «no sé». Es posible que pierdan la concentración o que cuenten de memoria sin una correspondencia uno a uno. Saber en qué punto se encuentra tu hija o hijo con el sentido numérico puede ayudarte a saber qué debe practicar.
Centrarse en contar
«Enumerar» es el acto de contar algo de uno en uno, y es uno de los conceptos y habilidades matemáticas más fundamentales que tu hijo aprenderá. Busca cosas cotidianas para contar, que pueden incluir:
- Coches que pasan
- Dedos de las manos y de los pies
- Pétalos de una flor
- Patas de un animal
- Libros en una estantería
- Bichos bajo una piedra
- Cepillos de dientes en el baño
- Patas de un insecto
Si es posible, intenta poner tu mano sobre la suya para guiarle en su recuento. Anímale a decir «uno» cuando toque el primer objeto, «dos» con el segundo, y así sucesivamente.
Practicar la subitización
Subitizar es identificar el número de cosas de un conjunto simplemente mirándolas rápidamente, no contándose una por una. Por ejemplo, cuando miras los puntos de un dado, es probable que sepas la cantidad sin contar cada punto.
Tu hijo se encuentra en una fase muy temprana para poder hacer esto (probablemente no será capaz de subitizar 3-5 objetos hasta alrededor de los 5 años), pero empezar con uno y dos es una forma estupenda de reforzar una habilidad crucial que con el tiempo se convertirá en una parte importante de la identificación matemática. Practica con bloques, piedras, bayas y otros objetos pequeños de la vida cotidiana: Prueba a poner dos sobre la mesa, retirarlos y preguntar cuántos había. Si dice «dos», pasa a tres.
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Comparar: más, menos o igual
Pon un pequeño número de bayas, pretzels o rodajas de manzana en cada uno de los dos boles (no más de 3 o 4) y dale a tu hijo uno de ellos. Cuenta los elementos de su bol («1,2,3”) y luego cuenta los del bol de tu hijo («1,2,3»). Invita a tu hijo a comer una rodaja de manzana y luego cuenta de nuevo el contenido de cada bol. Puedes decir «oh, mira, ahora tengo más manzanas que tú». Puedes continuar mientras te comes las manzanas hablando de más, menos y lo mismo. Puede parecer un poco friki ser tan deliberado con esta lección (y lo es 🤓) pero jugar a este tipo de juegos, siempre que tengas la oportunidad, puede marcar realmente la diferencia en la comprensión de tu hijo.
Contar en la rutina diaria
Una forma estupenda de incorporar las matemáticas en la vida cotidiana es asignarles una tarea sencilla como poner la mesa. Empieza con algo pequeño. Por ejemplo, tu hijo de 2 años puede encargarse de poner las servilletas. Para una familia de cuatro personas, entrégale cuatro servilletas y pídele que ponga una junto a cada plato, contando mientras lo hace.
A continuación, a medida que vaya comprendiendo, pídele que cuente los miembros de la familia para ver cuántas servilletas necesitará para poner la mesa.
Juegos tempranos de sumas y restas
Esta actividad hace que tu hija o hijo se involucre con los primeros fundamentos de la suma y la resta. Sostén un objeto pequeño en la mano, como un bloque, y pregunta cuántos hay. A continuación, esconde el bloque tras la espalda y dile «¿cuántos bloques hay a mi espalda?». La permanencia de los objetos (el concepto de que las cosas siguen existiendo cuando están fuera de la vista) puede ser una habilidad que tu pequeño acaba de dominar; y esta actividad es relativamente compleja.
Si a tu hijo le gusta la actividad, puedes ampliarla:
- Sostén un cubo y, después de que identifique la cantidad, colócalo sobre la mesa. Pregunta de nuevo cuántos cubos hay: Este es un ejemplo muy temprano del principio de conservación, que es la idea de que las cosas no cambian en número o cantidad cuando se cambia algún aspecto del objeto (en este caso, la posición del bloque). Sigue moviendo el bloque para demostrar que sigue siendo «un bloque».
- Sostén dos cubos y, después de que identifique la cantidad, coloca uno detrás de tu espalda y muéstrale el restante; vuelve a preguntar «¿cuántos bloques hay detrás de mi espalda?» Después de que responda, revela cuántos has escondido.
- Repite la misma actividad pero varía escondiendo ambos cubos o (y esto es complicado) no escondas ninguno detrás de tu espalda; y observa lo que dice. El concepto de «cero» es bastante complejo y es probable que tu hijo no lo domine todavía. Esta es una gran oportunidad para practicar la idea de «cero», «ninguno» y «nada».
- Esconde otros objetos mientras tu hijo los observa. Cuenta lenta y cuidadosamente los bloques en una caja con tapa cerrada (de nuevo, empezando por uno, luego por dos) y pregunta a tu hijo si sabe cuántos bloques hay en la caja. En estas actividades, descubre siempre los bloques al final.
Cantar canciones y leer libros sobre los números
Canciones como «uno, dos, los zapatos abrocho» y «las hormigas marchan» enseñan a contar de forma musical y divertida. También hay muchos libros sencillos para contar, como «Haciendo Muffins», que refuerzan las habilidades numéricas al mismo tiempo que ayudan a apoyar las habilidades de alfabetización temprana.
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