4 conceptos para los que el cerebro de tu pequeño ya está preparado

Pesado y ligero, ruidoso y tranquilo, largo y corto, grande y pequeño, a los cerebros en fase de desarrollo les encanta tratar de resolver los opuestos. El fuerte contraste que se produce entre pares absolutamente opuestos es bueno para que tu pequeño despierte su interés natural por las tareas de ordenar y clasificar.

Cuanto más logres que tu pequeño participe físicamente en estas actividades, más motivado se sentirá.

Aquí tienes algunas maneras divertidas de explorar los opuestos con tu pequeño:

Pesado y ligero

Tu hijo necesitará tiempo y exposición hasta llegar a entender un concepto relativo como el de pesado y ligero. Repite la lección y apunta algunos ejemplos para practicar que provengan de vuestra vida diaria.

Encontrar objetos cotidianos que varíen solo por el peso puede resultar un reto. Puede ser un muy buen inicio practicar con Las pelotas opuestas de nuestro Kit de juego El Pensador, aunque también puedes encontrar otros objetos contrarios en la realidad que te rodea:

Puedes encontrar una piedra que sea tan grande y pesada que tu pequeño apenas pueda levantarla y un guijarro que no pese mucho, o puedes llenar una botella de agua y dejar otra vacía y darle la ocasión de que compruebe la diferencia de peso. Una bola de algodón, una hoja o una pluma son algunos ejemplos de ligereza, mientras que las rocas o pisapapeles son algunos ejemplos de peso. Escoge algunos ejemplos y deja que tu hijo practique agarrando las cosas pesadas y ligeras.

Ruidoso y tranquilo

Puedes mostrarle a tu pequeño la diferencia entre ruidoso y tranquilo diciéndole, “¡estoy hablando en voz alta!” y luego le susurras “ahora estoy hablando en voz baja”. También puedes escuchar música a bajo volumen y luego subirlo, o ir dándole vueltas a un ventilador de menos a más potencia y hablar sobre las diferencias de sonido. Ten cuidado de no poner el volumen excesivamente alto para sus pequeños oídos.

¿Quieres saber una manera inteligente de hallar un momento de tranquilidad mientras tu pequeño está gritando y chillando? Puedes decirle “¡chist!, ¿qué se oye cuando estamos en silencio?” Y entonces hablarle de los sonidos que podéis oír, un perro que ladra, un coche fuera, el lavavajillas funcionando, etc. 😉

Largo y corto

Puedes empezar a enseñarle este concepto cortando dos trozos de cuerda de longitudes diferentes. La más corta debería ser lo suficientemente pequeña para que no cubra la muñeca de tu hijo, mientras que la más larga sí que debería cubrirle toda la muñeca. Agarra la pequeña, ponla en la muñeca de tu hijo y dile “este es un trozo de cuerda pequeño. Lo ves, no es lo suficientemente largo para cubrir toda tu muñeca” (delinéalo con el dedo alrededor de su muñeca). “Mira, el trozo de cuerda largo cubre tu muñeca y es tan largo que incluso cubre tu cintura”.

También puedes utilizar las medidas de cuerda diferentes para comparar el tobillo de tu pequeño con el tuyo, o dejar a tu hijo que te ponga la cuerda alrededor de la frente.

Grande y pequeño

A los niños pequeños les encanta explorar la diferencia entre grande y pequeño. Tanto anidar cestas, tazas y recipientes, pelotas de tamaños diferentes, como el Rompecabezas de círculos de amigos sirven para enseñarle el concepto de tamaño. Cuando estéis jugando con estas cosas, expresa en voz alta lo que tu pequeño está haciendo y experimentando. Aunque sepa donde se ponen las piezas circulares en el rompecabezas, enséñaselo paso a paso de forma que pueda ir relacionando las palabras con su conocimiento: “ves, ese círculo grande no encaja en el círculo pequeño” o “la pelota grande no encaja en el recipiente pequeño”.

Puedes comparar una cuchara pequeña con una cuchara grande de servir, un cuenco pequeño con uno grande o una mandarina con una naranja. Busca piedras pequeñas y grandes dando un paseo por la naturaleza, u hojas grandes y pequeñas.

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Posted in: 16 - 18 meses, Juego del mundo real, Ordenar, Desarrollo del bebé

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