Preparando el camino para que tu hijo se lave las manos solo

Niña jugando con agua que sale del grifo de la cocina

Lavarse las manos es uno de los mejores ejemplos de algo que a primera vista parece muy simple hasta que te das cuenta que todo está pensado para el adulto: la altura del lavamanos, la destreza motora fina que es necesaria para girar los grifos y cuán fácil es hacer que el agua pase de salir hirviendo a que salga congelada. Dividirlo en pasos pequeños, manejables y divertidos – y montar un espacio para el niño – puede hacer que incluso un niño de dos años se lave las manos de manera independiente.

Aquí te explicamos la manera de enseñarle a tu hijo pequeño cómo lavarse las manos:

Niño subido a un taburete lavándose las manos en el lavabo del cuarto de baño

Ayúdale para que llegue al lavabo y a la toalla

Ponle un taburete que le permita subirse hasta la altura necesaria del lavabo; para la mayoría de los niños de 2 años, el taburete ideal no pesa, es estable y tiene dos escalones. Si tu hijo todavía no alcanza a los grifos, un extensor de grifo como este puede ayudarle a llegar al agua, aunque seguirá necesitando de tu ayuda para abrir el agua. Si no quieres tener una toalla de baño colgando hasta el piso para que tu hijo llegue, puedes colocar un pequeño gancho extraíble de este tipo y poner ahí un trapo secaplatos o una toalla de manos con una cinta para colgarlo fácilmente.

Hablar de por qué nos lavamos las manos

Explícale que la mejor manera de estar sanos es lavándonos las manos, y por ello hay que hacerlo antes de comer, después de jugar y de ir al baño y siempre que se nos ensucien.

No olvides ninguno de los pasos

La verdad es que lavarse las manos se compone de muchos pasos. 1) abrir el agua. 2) probar la temperatura. 3) mojarse las manos. 4) apretar el dispensador de jabón (¡Sólo dos pulsaciones! Ver más abajo). 5) hacer burbujas y cantar una canción entera. 6) enjugarse bien (los residuos de jabón pueden provocar resecamiento en la piel que puede resultar dolorosa) y 7) secarse con la toalla.

Escoger el jabón adecuado

Cualquier jabón sirve, pero si hace espuma es el más fácil de usar y está disponible en botellas rellenables. Los dispensadores de jabón son fantásticos para practicar la motricidad fina. Las pastillas de jabón pueden escurrirse y dejan rastros de suciedad, pero son una experiencia sensorial divertida 🧼.

Cuenta dos pulsaciones

Al principio, tu hijo va a necesitar que le ayudes a apretar el dosificador con tu mano encima de la suya, pues la coordinación de la bilateralidad (usando una mano para cada cosa, una para bombear el jabón y la otra para recoger el jabón que cae) es una habilidad motora compleja. Sugiérele que le sujetas el dosificador bien mientras él lo aprieta. Una vez que le agarran el tranquillo, ¡a todos los niños pequeños les CHIFLA bombear y bombear y bombear jabón! Ayúdale a contar “uno, dos” cuando aprieten el dosificador para que desperdicien menos.

Cantad una canción entera

Muéstrale a tu hijo que lavarse bien las manos requiere su tiempo – podéis cantar la canción del abecedario (o cualquier otra que tu pequeño de 2 años se sepa bien) de principio a fin juntos para que vea durante cuánto rato debe enjabonarse.

A esta edad, es típico que todos los niños disfruten jugando con el agua. Si tienes tiempo, pon el tapón del lavabo y deja que juegue con sus juguetes de baño después de lavarse las manos.

Para prevenir accidentes, nunca dejes a tu hijo sin supervisión cuando juegue con agua.

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Posted in: 25 - 27 meses, Independencia, Jugar con agua, Jugar y actividades, Motricidad fina, Desarrollo del bebé

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